A veces tengo ganas de ayudar, pero, ¿no te ha pasado, que cuando quieres ayudar, o simplemente hacer las cosas bien, y de la mejor manera, siempre algo te sale mal? y hasta te llegas a arrepentir de hacer tratar de hacer lo correcto, más o menos algo me pasó… de hecho ya tiene tiempo, aunque al recordar esto siempre recuerdo lo que tanto me recuerda mi padre: “no hagas cosas malas que parezcan buenas, ni cosas buenas que parezcan malas”, lo sé y suena lógico, pero cada vez se hace más difícil, y más tomando en cuenta que lo que antes te parecía correcto, ahora sabes que es malo. ¿por qué digo bueno o malo?, por que no hay un punto medio, o son cosas buenas malas simplemente por eso.
Salía temprano de clases ese día, en mi secundaria, el que sería mi último año en mi casa, yo no lo sabía, salí sin esperar a que mamá viniera por mi, me subí a la camioneta de mi amiga, iría con ella a comer y luego veríamos películas toda la tarde.
-Rosa ¿me prestas tu cel?- dije.
-claro! Está en mi bolsa- respondió mientras daba la vuelta en la esquina.
Mamá tardó en contestas pero accedió a dejarme ir con Rosa, siempre salía con ella y en fin de semana hacíamos pijamadas, cada vez más frecuentes. Ese día llegó a su casa uno de sus vecinos al cual yo no conocía muy bien. Se llamaba Alfonso pero todos lo conocían como “Panchito”, llegó a invitarnos a un fiesta que habría en su casa ese fin de semana, dijo que habría comida, película y juegos. Y así quedó, la invitación estaba hecha, y pasamos esa tarde como cualquier otra.
Llegado el fin de semana pedí permiso para pasar aquellos días con mi amiga, y por supuesto pedí dinero para comprar un regalo para “Panchito”, mis papás rápido me dieron dinero y me llevaron al Fracc. Satélite donde vivía Rosa. El viernes en la tarde al salir de la escuela fuimos de compras por los regalos y ropa para la fiesta, (no era nada especial simplemente comprábamos ropa en casi cada ocasión y ese era una más) fuimos a la fiesta, la mayoría de la gente no conocida por mí pero amable. Comimos pizza y carne asada y pronto pusieron música y habilitaron una enorme sala como cine. No tardó en sonar mi celular, era mamá, sonaba un poco seria pero con calma me preguntó- ¿dónde estás?-
-ha! En casa de Panchito, en su fiesta, ¿recuerdas?- dije con confianza.
-todavía en la fiesta? Es media noche, ¿a qué hora termina?
-pues empezó a las 10, no se a que hora termine.
Mi mamá terminó yendo por mí a la fiesta y se sintió engañada, robada, por el hecho y pequeño detalle de no mencionar que el vecino “Panchito” cumplía 18 años y no 6 o 7 como tal vez lo imaginó por el apodo. Aunque yo pedí permiso, y todo, de la forma más legal posible, salí mintiendo, engañando, etc. bueno no fue a propósito…
Pero así me han pasado otras veces, simplemente por tratar de hacer las cosas bien, bueno de esto no me arrepiento, fue solo un problema de comunicación, pero bueno, ya sé para la próxima.
miércoles, 29 de octubre de 2008
martes, 21 de octubre de 2008
expo palabras.
LO QUE SIGUE... FUE PARTE DE UNA EXPO DE PALABRAS EN LA GALERÍA ELEONOR JACKSON Y ESTO FUE LO QUE ESCRIBÍ EN UNA PARED... NO TIENE TÍTULO:
Salgo a la calle, me siento libre, no tengo a donde ir, me siento mas libre, no hay horario, no hay reloj, la ciudad esta a mi merced, simplemente levanto el brazo y voy a donde quiero, el mundo es mío. Pero hay alguien cruzando la calle, mi taxi tiene que parar.
Llego a mi lugar favorito, ahí hay gente, pero nadie camina junto a mi, no es que lo necesite, estoy bien. Después de 4 horas, salgo más feliz. Otra vez sin rumbo, ¿qué más puedo pedir?
Dos días después y en otra ciudad despierto, tengo 3 clases seguidas, comida, junta, trabajo, cena, deporte. Destinos y horas calculadas y controladas en un listado con números y nombres de mes. Ningún minuto es mío, son prestadas las horas desde las 6:30 a.m. a las 10:00 p.m. contando cada hora que le quiera robar al descanso diario.
Mucho que hacer y muy poco tiempo. Poco tiempo que se convierte en una rutina dolorosa y hasta poco deseada. Pronto acabará, en mayo próximo, cuando todo acabe y no tenga rumbo ni tiempo definido para lograr mi siguiente meta, que me sea concedido el poder tan deseado por mi, entonces no sabré si realmente quiero lo que ahora deseo.
Salgo a la calle, me siento libre, no tengo a donde ir, me siento mas libre, no hay horario, no hay reloj, la ciudad esta a mi merced, simplemente levanto el brazo y voy a donde quiero, el mundo es mío. Pero hay alguien cruzando la calle, mi taxi tiene que parar.
Llego a mi lugar favorito, ahí hay gente, pero nadie camina junto a mi, no es que lo necesite, estoy bien. Después de 4 horas, salgo más feliz. Otra vez sin rumbo, ¿qué más puedo pedir?
Dos días después y en otra ciudad despierto, tengo 3 clases seguidas, comida, junta, trabajo, cena, deporte. Destinos y horas calculadas y controladas en un listado con números y nombres de mes. Ningún minuto es mío, son prestadas las horas desde las 6:30 a.m. a las 10:00 p.m. contando cada hora que le quiera robar al descanso diario.
Mucho que hacer y muy poco tiempo. Poco tiempo que se convierte en una rutina dolorosa y hasta poco deseada. Pronto acabará, en mayo próximo, cuando todo acabe y no tenga rumbo ni tiempo definido para lograr mi siguiente meta, que me sea concedido el poder tan deseado por mi, entonces no sabré si realmente quiero lo que ahora deseo.
La felicidad...
... es algo tan preciado, tan codiciado, tan temido, pero cuando se logra, uno no se lo cree, por que es hermoso sentir que uno vuela con solo una palabra, un nombre, un rostro, una sonrisa. Una sonrisa congelada igual que la que me queda al saber que él siente lo mismo que yo.
Hablo, él habla; bostezo, el también, es una conexión inexplicable y sorpresiva, por que siempre estuvo ahí pero apenas la noté hace 3 semanas, ah esas tres semanas han pasado tan rápido! En tan corto tiempo he sufrido una de las más gratificantes transformaciones.
Después de poco más de un año de jugar con el tiempo, con el espacio y el amor, creo que he encontrado lo que tanto buscaba, no se si es cierto, pero si es mentira está muy bien elaborada, a la medida exacta como para no poder rechazarla.
Me preguntó como sería mi hombre perfecto… que piense a futuro, que sea caballeroso, detallista, comprensivo, atento, que hable tanto como yo, pero no demasiado como para no escucharme, sincero, maduro, fiel, cero celoso… podría seguir, exigir, buscar en los cielos de mi imaginación, la gran ilusión del príncipe azul que comparte con mi género, pero de nada sirve, si el hombre perfecto no existe. No, no digo que lo encontré simplemente que encontré a alguien que tiene el 95% de esas cualidades (o más), esas que me he cansado de buscar y que por flojera me he conformado con menos ¿Por qué? ¿Por que he fingido ser feliz por tanto tiempo?
Sé que me lastimaron, pero creo que ya pasó el tiempo necesario, la herida cerró, puedo ver al responsable de la herida frente a una cámara todos los sábados y saber que por algo pasaron las cosas, alguien mas me esperaba. Y ahora soy feliz, no se si es bueno, o malo, no se si sea cierto y genuino, pero me hace volar, añorar, esperar, confiar, quiero querer, quiero quererlo más de lo que ya lo quiero.
Mi sonrisa está congelada y mi cara me duele, por que mi mente está sonriendo todo el día y mi cara se queja. No puedo esperar ni un minuto más para ver si está en línea y verlo, verlo a través de una cámara y escucharlo por medio de una micrófono desde su casa a muchos kilómetros, dónde sé que piensa en mi tanto como yo en él. No puedo creer que pueda volverme a sentir así. Estoy enamorada. Soy feliz!
Hablo, él habla; bostezo, el también, es una conexión inexplicable y sorpresiva, por que siempre estuvo ahí pero apenas la noté hace 3 semanas, ah esas tres semanas han pasado tan rápido! En tan corto tiempo he sufrido una de las más gratificantes transformaciones.
Después de poco más de un año de jugar con el tiempo, con el espacio y el amor, creo que he encontrado lo que tanto buscaba, no se si es cierto, pero si es mentira está muy bien elaborada, a la medida exacta como para no poder rechazarla.
Me preguntó como sería mi hombre perfecto… que piense a futuro, que sea caballeroso, detallista, comprensivo, atento, que hable tanto como yo, pero no demasiado como para no escucharme, sincero, maduro, fiel, cero celoso… podría seguir, exigir, buscar en los cielos de mi imaginación, la gran ilusión del príncipe azul que comparte con mi género, pero de nada sirve, si el hombre perfecto no existe. No, no digo que lo encontré simplemente que encontré a alguien que tiene el 95% de esas cualidades (o más), esas que me he cansado de buscar y que por flojera me he conformado con menos ¿Por qué? ¿Por que he fingido ser feliz por tanto tiempo?
Sé que me lastimaron, pero creo que ya pasó el tiempo necesario, la herida cerró, puedo ver al responsable de la herida frente a una cámara todos los sábados y saber que por algo pasaron las cosas, alguien mas me esperaba. Y ahora soy feliz, no se si es bueno, o malo, no se si sea cierto y genuino, pero me hace volar, añorar, esperar, confiar, quiero querer, quiero quererlo más de lo que ya lo quiero.
Mi sonrisa está congelada y mi cara me duele, por que mi mente está sonriendo todo el día y mi cara se queja. No puedo esperar ni un minuto más para ver si está en línea y verlo, verlo a través de una cámara y escucharlo por medio de una micrófono desde su casa a muchos kilómetros, dónde sé que piensa en mi tanto como yo en él. No puedo creer que pueda volverme a sentir así. Estoy enamorada. Soy feliz!
Soledad...
Siento en mi algo que es inexplicable, es inolvidable es inevitable, es perpetuo.
Siento que en el paso de los años ha ido creciendo mas y mas sin medida sin censura.
Cierro los ojos y ahí esta esperando a que despierte para acompañarme todo el día, y cuando estoy rodeada de gente se sienta conmigo a platicar, a escucharme sin hacer que calle.
Ha sido mi mejor amiga pero estoy empezando a odiarla, por cómo me hace sentir, por que hay mucha gente que le tiene miedo, por que si la escuchas empiezas a desvariar.
unos le llaman viento, otros amigo, yo sé que es traicionera y mentirosa, pues el eco que causa a todos ahuyenta....
Siento que en el paso de los años ha ido creciendo mas y mas sin medida sin censura.
Cierro los ojos y ahí esta esperando a que despierte para acompañarme todo el día, y cuando estoy rodeada de gente se sienta conmigo a platicar, a escucharme sin hacer que calle.
Ha sido mi mejor amiga pero estoy empezando a odiarla, por cómo me hace sentir, por que hay mucha gente que le tiene miedo, por que si la escuchas empiezas a desvariar.
unos le llaman viento, otros amigo, yo sé que es traicionera y mentirosa, pues el eco que causa a todos ahuyenta....
...quedó inconcluso por que ya no me siento sola...
domingo, 12 de octubre de 2008
muy mio...
weno algo que no puede faltar en este blog, es esto que escribí en el metate, jeje, dónde descubrí que puedo escribir, a veces jejeje weno, se lo dedico a mi mami obvio jeje la amo! y la extraño....
Mis dedos pulgares
Los que se han acercado lo suficiente, pueden notar algo singular en mí, mis dedos pulgares no son como los de la mayoría de la gente, realmente son gorditos cortos y la uña es mas ancha y corta de lo normal. Ya deje de contar el numero de reacciones diferentes que la gente tiene hacia mis dedos, a diferentes personas les parecen chistosos, curiosos, raros, y hasta desagradables, pero que puedo decir? Son mis dedos.
Un día hace mucho tiempo cuando tenía apenas 6 años, mi hermano mayor me regaló un carrito, sé que se escucha raro, pero cuando una niña sólo tiene dos hermanos que se la pasan jugando a los carritos, se da cuenta de que necesita uno para ser parte del juego. Sentía una felicidad que merecía ser compartida con los demás, que raro eso en mí. Y al siguiente día en el kinder, Rafa, el niño mas grande del salón que se gozaba todos los días fastidiando a los demás, se burló de mí y de mi carrito, “qué!, ¿eres un niño?, ¡sólo los niños juegan con carritos!
En ese momento quiso tomar el carrito que se encontraba en mis manos, pero no lo dejé ir, apreté tan fuerte que tubo que levantar mi carrito con todo y manos, y ahí fue cuando lo notó
Se asustó y soltó mis manos aterrorizado, con unos ojos enormes.
¡guacala! Ya no recuerdo que fue todo lo que me gritó en ese momento pero no pude evitar sentirme como una cosa rara, mal formada.
Esa tarde le pregunté a mamá por qué tenía los dedos así, y porque los otros niños, no. Mi mamá extendió sus manos y me mostró que más que una cosa rara era el fruto de su amor, me contó cómo ella también se sintió avergonzada de sus pulgares, de cómo se burlaban y las diferentes reacciones de la gente, y ahora quién ve mis pulgares, comprendo, que no ve los míos sino los de mi mamá. Así yo, estando lejos de ella, cuando veo mis pulgares ellos me recuerdan que piensa en mi cada vez que lava los trastes, que plancha la ropa, que maneja al trabajo y hace tantas cosas por amor a mi. Son mis pulgares los que me recuerdan que hay alguien en casa pensando en mi.
No, no estoy sacando un trauma de niña, simplemente quiero aclarar por que ya no me siento mal cada vez que alguien ve raros mis dedos pulgares.
Les contaría algo de mi nariz, pero eso, eso es otra historia.
Un día hace mucho tiempo cuando tenía apenas 6 años, mi hermano mayor me regaló un carrito, sé que se escucha raro, pero cuando una niña sólo tiene dos hermanos que se la pasan jugando a los carritos, se da cuenta de que necesita uno para ser parte del juego. Sentía una felicidad que merecía ser compartida con los demás, que raro eso en mí. Y al siguiente día en el kinder, Rafa, el niño mas grande del salón que se gozaba todos los días fastidiando a los demás, se burló de mí y de mi carrito, “qué!, ¿eres un niño?, ¡sólo los niños juegan con carritos!
En ese momento quiso tomar el carrito que se encontraba en mis manos, pero no lo dejé ir, apreté tan fuerte que tubo que levantar mi carrito con todo y manos, y ahí fue cuando lo notó
Se asustó y soltó mis manos aterrorizado, con unos ojos enormes.
¡guacala! Ya no recuerdo que fue todo lo que me gritó en ese momento pero no pude evitar sentirme como una cosa rara, mal formada.
Esa tarde le pregunté a mamá por qué tenía los dedos así, y porque los otros niños, no. Mi mamá extendió sus manos y me mostró que más que una cosa rara era el fruto de su amor, me contó cómo ella también se sintió avergonzada de sus pulgares, de cómo se burlaban y las diferentes reacciones de la gente, y ahora quién ve mis pulgares, comprendo, que no ve los míos sino los de mi mamá. Así yo, estando lejos de ella, cuando veo mis pulgares ellos me recuerdan que piensa en mi cada vez que lava los trastes, que plancha la ropa, que maneja al trabajo y hace tantas cosas por amor a mi. Son mis pulgares los que me recuerdan que hay alguien en casa pensando en mi.
No, no estoy sacando un trauma de niña, simplemente quiero aclarar por que ya no me siento mal cada vez que alguien ve raros mis dedos pulgares.
Les contaría algo de mi nariz, pero eso, eso es otra historia.
Griselda R.
sábado, 11 de octubre de 2008
a petición de..
jeje yase... tardé años en abrir mi blog y eso, pero bueno, espero vencer eso que me limita a escribir, faltas de ortografía y las unñas que me hacen escribir medio mal jeje, eso que?, espero expresar del todo, lo que me propongo, ya que utimamente mis amigas y yo hemos estado medio inspiradas en eso de la expresión escrita (fanzine, y luego expo en Galería Eleonor Jackson) jee ya cada vez vamos más alto jeje. weno nenas si leen esto, espero sepan que las amo! y por ustedes lo haría mil veces ,snif snif, lo sé lapso sentimental muak!
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